sábado, noviembre 17, 2007

ENSAYO SOBRE LA LIBERTAD

a todas las personas que un día la perdieron

Tras dejar pasar algún tiempo sin escribir ensayos sobre ética, he decidido volver a mis andanzas literarias en el ámbito moral. He elegido un tema que causa cada vez más polémica en lo que se refiere al ámbito de la ética: la libertad. Podría haber escogido cualquier otro; posiblemente el cambio climático, que está muy de moda en la actualidad o ¿por qué no sobre las vanguardias artísticas en el punto de vista del conservadorismo?, por ejemplo; pero no. He elegido hablar sobre la libertad, porque aún la tengo para poder escribir acerca de ella. Lo discutible es si, dentro del tema de lo libre, ¿puedo hablar realmente libremente? Podría dar a conocer mis numerosas ideas acerca de la libertad (o en su defecto, la pérdida de ésta), la mayoría de ellas, negativas, pero justo por esa razón no lo hago; ¿por qué?, ¿quizas por no provocar una revolución tal y como ocurrió con el argumento homónimo sobre la paz absoluta? No; no es por eso, si me privo de dar mi opinión sobre algunos aspectos, ya sean positivos o negativos acerca de la libertad, es por una razón ética. A priori, puede parecer que la misma ética es la que me quita la libertad, pero no es así. La libertad la construimos nosotros, con nuestras propias normas morales, y sin objetividad.

Al hablar de libertad podemos clasificarla de muchas formas; por ejemplo en libertad externa e interna. La externa, que consiste en la desaparición de obstáculos que nos dificulten llevar a cabo las acciones; y la interna, que es la capacidad de poder elegir entre esto o aquello. Es sin duda una buena forma para clasificar las libertades, pero yo prefiero diferenciarlas entre libertad física y psíquica. Veamos, la libertad física es la que nos permite permanecer en libre albedrío con nuestro ser físico, es decir, cuando somos libres de ir y venir, bajar o subir, etc…; y por otro lado tenemos la libertad psíquica o de pensamiento, la cual se podría decir que casi no es libertad, ya que no se nos puede arrebatar la acción de pensar libremente. También podemos incluir aquí la libertad de expesión, que, aunque de ésta sí se nos puede privar, no la utilizamos fisicamente. En cuestión de preferencias, no sé si sería peor perder ésta última o quizá sería más doloroso perder la primera.

Creer que somos libres no demuestra que lo seamos, y hay que pensar que la misma acción de detenerse a averiguar si lo somos, ya nos está quitando libertad. Hay que saber usarla, quizá privándonos de ella.


El autoplanteamiento de la libertad

Para qué negarlo, el ser humano no es consciente de la presencia de libertad en su vida. No nos despertamos por la mañana y decimos: ¡Yo, hoy (al menos hoy) voy a ser libre! Generalmente nos acordamos de nuestra libertad cuando poco a poco ésta deja de formar parte de una parte de nuestra vida, y eso es lo que tememos; recuerdo que cuando escribí sobre el miedo en la sociedad, conté sin mucho énfasis que uno de los principales miedos del ser humano es el miedo a la cohibición de la libertad, pero cada vez más a la libertad física. La mayoría de las veces lo que cohibe la libertad (sigo hablando de libertad física) es algo malo, o mejor dicho, algo que no nos favorece. La entrada a prisión, por ejemplo. En cambio, otras veces lo que nos cohibe de nuestra libertad no es bueno ni malo, nos puede llegar a resultar indiferente. ¿Y si de repente aparece en mi vida una editorial interesada en mi obra (si es que puede llamarse así)? Eso sería indudablemente algo muy bueno, pero por el contrario me obligaría a permanecel fiel a dicha editorial, al menos hasta que finalizase el contrato, en el caso de que existiese. Acabado el ejemplo, con el cual admito que sueño, sería algo bueno lo que habría cohibido mi libertad de poder cambiar de editor en el momento en que quisiese.


La libertad en el ámbito cultural

Realmente ¿hay que esperar a la evolución de la sociedad para utilizar la libertad dentro del mundo artístico?, ¿o es la sociedad la que debe ceder a la libertad y resignarse ante ésta? Mejor con ejemplos, ¿fue la visión artística de la sociedad la que cambió al aparecer las primeras obras cubistas o los nuevos ritmos que incorporó Debussy al final de su vida?, ¿tanto el músico como el pintor tuvieron que esperar el progreso en la mentalidad de las personas hacia la música y el arte, respectivamente? U otro ejemplo, al gran J. S. Bach no le faltaban en absoluto recursos para componer con los ritmos de la música jazz, sin embargo, no lo hacía, ¿por qué? Sin duda alguna, Bach era lo suficientemente inteligente para saber que la sociedad estaba de acuerdo con la música barroca, en aquella época, lo más moderno que existía.

En el ámbito pictórico o literario, es diferente; la libertad se tiene que expresar de un modo más sutil, cosa que en la música (instrumental) no se utiliza a no ser que se modifique el canon del período musical en cuestión. En el arte, la libertad de expresión siempre se ha utilizado a lo largo de la historia. En La libertad guiando al pueblo de Delacroix, se representa a ésta última de un modo visible y físico, mientras que son numerosos los artistas que se han servido de ella mediante elementos imaginarios, como El Bosco; u otros, que la han usado tan libremente que sus obras parecen pensadas para provocar una revolución, véase La maja desnuda de Goya.

Igual ocurre en el mundo de la literatura, ya que existe un gran número de escritores que han querido liberarse, tanto social como políticamente, escribiendo interpretaciones sobre la libertad que se hacían un lugar entre sus letras. Quiero hacer una mención especial a la poesía desarraigada, que durante la guerra y postguerra civil en España, permitió a los poetas víctimas del franquismo amenizar en cierta forma su vida al poder expresarse con cierta libertad.


Gracias

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